Los vehículos eléctricos son de dos tipos: aquellos que disponen de baterías recargables y se enchufan, y los que tienen células de combustible que convierten gas hidrógeno en electricidad limpia.
A diferencia de los que se impulsan con gasolina, los vehículos que van con baterías o células de combustible no emiten carbono a la atmósfera cuando se mueven. Pero ponerlos en servicio a gran escala precisará de una nueva y costosa infraestructura para permitir recargar las baterías o suministrar el hidrógeno.
Do you like this post?
Nos interesan tus comentarios
Iniciar sesión con
Facebook Twitter