Con el aumento a los combustibles a principios de año la fama de los huachicoleros creció, así como sus zonas de operación, teniendo hoy por hoy a Tamaulipas, Guanajuato, Sinaloa, Jalisco, Querétaro y Puebla a su completa merced para extraer combustible y posteriormente, venderlo en el mercado negro.
Su expansión no ha sido solo territorial sino también social ya que quienes antes se dedicaban a trabajar honrada u honestamente, han migrado a esta actividad ilícita en busca de mayores ingresos a pesar del riesgo que esto implica: desde operativos de soldados, policías federales, estatales y municipales hasta incendios en algún punto del ducto.
La postura tanto de la Secretaría de Energía como de Pemex ha sido tajante de palabra, pero carente de acción; el mismo titular de la Sener Pedro Joaquín Coldwell reconoció públicamente lo difícil que ha resultado erradicar este delito mientras que González Anaya, director general de Pemex ha sostenido reuniones con parte del gabinete presidencial en busca de estrategias para combatir a los huachicoleros.
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