La primera gran revolución energética fue el carbón. O eso dicen los expertos. Luego llegaría el petróleo para poner patas arriba los mercados internacionales y ahora dicen que es el tiempo de las renovables.
El mundo se ha cansado del carbón. Además de ser una de las fuentes más contaminantes, económicamente ya no es tan viable como lo pudiera ser antes. Por eso, en este 2016 la producción de carbón ha caído tanto que no se había visto nunca un descenso de este calibre.
Según el BP Statistical Review 2017, la producción de carbón se redujo en un 6,2%, hasta 231 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtep), la mayor caída de la historia. La producción de China se redujo en un 7,9% hasta 140 Mtep, también un descenso récord. Mientras que la producción de Estados Unidos se redujo en 19% hasta 85 Mtep.
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