El reformado de bioetanol a través de procesos catalíticos es una de las vías que existen para obtener hidrógeno. La cuestión está en dar con el catalizador más efectivo y estable que rentabilice ese proceso. Normalmente se utilizan metales nobles como el paladio y el platino, pero el centro tecnológico Aiju ha desarrollado una planta piloto dentro del proyecto LIFE Greenzo en la que obtiene óxido de zinc a partir de restos de hebillas, coches de miniatura o pomos que sirve, entre otros cometidos, para fabricar catalizadores viables para el reformado de bioetanol.
A la Asociación de Investigación de la Industria del Juguete, Conexas y Afines (AIJU), enclavada en uno de los núcleos jugueteros de España, la localidad de Ibi (Alicante), se la conoce realmente como un centro tecnológico (Instituto Tecnológico de Producto Infantil y Ocio). Desde 2014 lidera Greenzo, proyecto del programa LIFE de la Comisión Europea que concluye a finales de este mes y del que acaban de dar a conocer los últimos avances.
La principal meta alcanzada en Greenzo es el desarrollo y puesta en marcha de una planta piloto pre-industrial capaz que valorizar residuos procedentes de la transformación del zámak, aleación de zinc, aluminio, magnesio y cobre principalmente presente en hebillas, coches de miniatura o pomos. La planta se presentó ayer en la sede de Aiju.
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